Toda persona que quiera ser miembro de la Misión puede hacerlo bajo los siguientes tres niveles con el compromiso de trabajar cada día, un día a la vez, en dejar de ofender a Dios, incluso en las cosas pequeñas, y a no continuar callada frente al mal que le rodea.

A. NIVEL 1
PARTICIPANTES:son todas las personas u organizaciones existentes (apostolados, órdenes religiosas, grupos, movimientos e individuos laicos o consagrados). Sus compromisos son:
  1. Consagrarse a sí mismos, a sus familias y organizaciones al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús en las Misas de Consagración organizadas por la Misión.
  2. En forma individual: rezar cada día las “Oraciones Matutinas” y los Misterios Dolorosos del Rosario de la Misión.
  3. En las organizaciones: incorporar el rezo del Rosario de la Misión en sus reuniones semanales de oración; y fomentar la unión.
  4. Asistir a Misa los Domingos.
  5. Confesarse al menos una vez al mes.
  6. Acoger y vivir los Diez Mandamientos.
B. NIVEL 2
CONSAGRADOS: son todos aquellos que estén incorporados al nivel 1 y que adquieren además los siguientes compromisos:
  1. Consagrarse así mismo y a su familia (después de una preparación adecuada) al Corazón Casto de San José.
  2. Asistir a Misa Dominical, y en la medida de lo posible, entre semana.
  3. Confesarse al menos una vez al mes.
  4. Comenzar un grupo de oración de la Misión o unirse a un grupo que se reúna una vez a la semana y recen los Misterios Dolorosos del Rosario con las meditaciones de la Misión, y reflexionen sobre una lectura de la Biblia.
  5. Comenzar su proceso de conversión personal día a día.
  6. Leer al menos una sección del Catecismo de la Iglesia Católica una vez a la semana.
  7. Leer sobre la vida de un santo una vez a la semana.
C. NIVEL 3
LOS FIELES CONSAGRADOS: todos aquellos que estén incorporados al nivel 2, con mayor fidelidad a Dios, a Sus Mandamientos y a la Iglesia Católica, como una forma de vida diaria en comunidad con sus hermanos. Adquieren estos compromisos adicionales:
  1. Consagrarse a sí mismo y a sus familias (después de una preparación adecuada) a Dios Padre.
  2. Misa Diaria.
  3. Lectura diaria de la Sagrada Escritura.
  4. Ayuno un día por semana como mínimo y en lo posible dos veces a la semana.
  5. Adoración ante el Santísimo Sacramento o frente al Tabernáculo, mínimo una hora a la semana.
  6. Leer el Catecismo de la Iglesia Católica varias veces a la semana.
  7. El ejercicio de las obras de misericordia al menos una vez a la semana.
  8. Confesión dos veces al mes.
  9. Lectura-estudio de Encíclicas Papales, Doctores de la Iglesia, Mariología.
  10. Lectura del Divino Oficio.
  11. La Estaciones del Vía Crucis semanalmente.
  12. Se recomienda que practiquen las oraciones de Sta. Brígida durante un año por lo menos, una vez durante la vida.