CONSAGRACIÓN Y ENTRONIZACIÓN CRUCITA

El día lunes, 14 de noviembre, con amor y gratitud a los Corazones Santísimos de Jesús y María, varios miembros de la Misión se desplazaron a la localidad de Crucita, en la Provincia de Manabí, deseando vivir una experiencia de fe y esperanza con nuestros hermanos, afectados por el terremoto del 16 de abril.Convencidos de que la primera misión la debemos hacer en nuestros hogares, empezaron orando para que Dios fuera su guía, y que fuera Él quien hablara a través de ellos, misioneros que salían en Su Nombre.Toda la localidad de Crucita y su párroco el Padre Oswaldo Macías, les abrieron sus hogares, y cada visita que realizaron fue una experiencia diferente, muy motivadora y enriquecedora en la dimensión espiritual; como dice el Papa Francisco: “quiero lío, quiero que la Iglesia salga a la calle”. Y a eso fueron invitados a salir a la calle, a tocar puertas y a darles a conocer a Dios en sus vidas, en su realidad actual.Fueron recibidos en los hogares donde el Señor los envió, y compartieron con ellos un tiempo valioso, siempre con la disponibilidad de escuchar sus realidades, experiencias de vida, el de ponerse en sus zapatos para sentir su dolor y sus necesidades, pidiéndoles que ejercitaran su fe, pues el que espera en el Señor nunca se pierde y les recordaron que la oración en familia es el mejor remedio para las angustias.Se habló a través de las experiencias de la vida, del amor a la Consagración a los Corazones Santísimos de Jesús y María. A concientizarles por qué son necesarios los sacramentos, especialmente la Eucaristía, el rezo diario del Santo Rosario y declarar a Nuestra Señora de Guadalupe como la Intercesora de toda su vida ante Nuestro Señor Jesucristo y ante Dios Padre.El día jueves 17 de noviembre, en una ceremonia llena de agradecimiento, fe y esperanza, los habitantes de Crucita se consagraron a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y se realizó la ceremonia de Entronización de Nuestra Señora de Guadalupe en cada uno de los hogares.El Padre Oswaldo Macías, muy agradecido y satisfecho, oró por las intenciones de la Misión y pidió que esta visita se repita nuevamente como un acto de fe y devoción.